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Consejos para escribir cuentos

Algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos de Roberto Bolaño:

  • Nunca abordes los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte.
  • Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.
  • Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes.
  • Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.5) Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.
  • Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.
  • Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval!
  • Bueno, lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.
  • Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.
  • Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas.
  • Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo.

Carles Valls, Publicar un libro.com  

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Publicar tu libro gratis

Hoy en día no hay nada gratis, ni publicar un libro pero sí que uno por poco dinero puede hacer realidad su sueño de tener su libro. Una de las vías para publicarlo es a través de una editorial, pero es un camino casi vetado para los autores noveles porque una editorial difícilmente va a apostar por un autor desconocido, a no ser que sea un genio de inmenso talento.

Otra de las vías, es la autoedición  y acudir a alguna de las empresas que se dedican a publicar obras como Lulú, Bubok, etc que además te ofrecen otros servicios complementarios para el autor. 

Finalmente, la tercera vía es ir  directamente a una imprenta que siempre te ofrecerá los costes más baratos por ejemplar al no haber intermediarios por en medio, como puede ser Printcolor.

Aquí os pasamos una lista de empresas dedicadas al negocio de la publicación de libros:

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Taller literario: Planetababel

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 Aquellos interesados en realizar un taller de escritura que residan en Barcelona pueden visitar la web de Planeta Babel,  que es la de la Asociación Cultural Planetababel que promueve todo tipo de manifestaciones artísticas que tengan relación con la palabra dicha, leída y escrita.

 «El taller de escritura promueve y coordina la producción literaria de sus participantes.Entendemos que todo acto creativo depende de uno mismo. Un proceso que está en la experiencia de toda expresión artística, primero la de uno mismo, la propia voz, la propia forma, el propio fondo, después se podrá compartir, en lo posible, con los otros.

En nuestro espíritu está ser una puerta abierta hacia lo nuevo, lo incierto, lo diferente, lo desconocido, hacia la libertad de expresar, hacia lo que todavía tiene un espacio por recorrer. Estamos a un click de cualquier idea que tenga que ver con el mundo de la literatura, de la escritura, de la palabra en general.
Uno de nuestros principales objetivos es ampliar las fronteras del intercambio creativo. Una oportunidad para compartir, exhibir, exponer y construir un planeta a nuestra medida.
Una plataforma para escritores creativos desde donde se podrá viajar a través de la imaginación y de la memoria de todas aquellas personas que tienen algo que decir y lo dicen, algo que comunicar y lo expresan, que no pasan de largo ante lo que les rodea y que cuando miran, no se quedan en silencio.
La Asociación Cultural Planetababel y el Taller de Escritura es un Club de Palabras, un Reto para la Imaginación, un Circuito Creativo: Una Sintonía.»

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Servicios editoriales: Cálamo & Cran

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 Una empresa de servicios editoriales es Cálamo & Cran.

«Fundamos Cálamo&Cran S.L. en 1997 como empresa de servicios editoriales, pionera en los servicios de corrección de textos. En breve, también comenzamos a ofrecer cursos para la formación de correctores profesionales, y posteriormente diversos cursos para otros profesionales del lenguaje y de la edición (editores, traductores, maquetadores, etc.). Con el tiempo, hemos ampliado nuestra oferta de servicios para el sector editorial a otros mercados con procesos de edición: agencias de publicidad, publicaciones, medios de comunicación, instituciones públicas, etc., donde hemos ido situando a los profesionales que formamos en nuestras aulas. Asimismo, nuestra bolsa de trabajo incluye numerosos alumnos con una gran variedad de perfiles, lo que nos permite proporcionar una selección precisa a las empresas que buscan buenos profesionales.Gracias a la expansión de nuestra labor formativa, hemos establecido centros de estudio en Barcelona y Salamanca, además de las oficinas y aulas de Madrid, y hemos iniciado la implantación de nuestra oferta formativa on line.»
Carles Valls, Publicar un libro.com
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Gramática: Letras mayúsculas

 De las letras mayúsculas

Este texto fue tomado del «Esbozo…» de la Real Academia Española, que es poseedora los derechos de autor

a) En lo manuscrito no suelen escribirse con letras mayúsculas palabras o frases enteras.b) En las portadas de los libros impresos, en los títulos de sus divisiones y en las inscripciones monumentales, lo más común es usar de solas mayúsculas, todas, generalmente, de igual tamaño. Los nombres propios, títulos de obras, dicciones y aun cláusulas que se quiera hacer resaltar, pueden escribirse con todas sus letras mayúsculas; pero en cualquer voz en que se haya de emplear letra mayúscula con una o con diferentes minúsculas, aquella ha de ser la inicial o primera de la dicción.

c) Se escribirán con letra inicial mayúscula:

1.° La primera palabra de un escrito y la que vaya después de punto.

2.° Todo nombre propio; v. gr.: Dios, Jehová, Jesús, Luzbel, Platón, Pedro, María, Alvarez, Pantoja, Apolo, Calíope, Amadís de Gaula; Europa, España, Castilla, Toledo, Madrid, Carabanchel, La Zarzuela; Cáucaso, Himalaya, Adriálico, Tajo, Aganipe; Bucéfalo, Babieca, Rocinante.

3.° Los atributos divinos, como Criador y Redentor; los títulos y nombres de dignidad, como Sumo Pontífice, Duque de Osuna, Marqués de Villena; los nombres y apodos con que se designa a determinadas personas, como el Gran Capitán, Alfonso el Sabio, García el Trémulo,y particularmente los dictados generales de jerarquia o cargo importante cuando equivalgan a nombres propios. Así, en las respectivas historias de Paulo V, Felipe III y don Pedro Téllez Girón, v. gr., se escribirán con mayúscula el Papa, el Rey y el Duque cuantas veces fueren nombrados en esta forma aquellos personajes; pero se deberá usar de minúscula, por ejemplo, en la vulgar sentencia: El papa, el rey y el duque están sujetos a morir, como lo está el pordiosero.

4.° Los tratamientos, y especialmente si están en abreviatura, como Sr. D. (señor don), U. o V. (usted), V. S. (usía), etc. Usted, cuando se escribe con todas sus letras, no debe llevar mayúscula; también domina el uso de minúscula con señor y don en igual caso.

5.° Ciertos nombres colectivos, en casos como estos: El Reino representó a S. M. contra tales desórdenes, el Clero lo habia hecho antes.

6.° Los sustantivos y adjetivos que compongan el nombre de una institución, de un cuerpo o establecimiento: el Supremo Tribunal de Justicia; el Museo de Bellas Artes; el Colegio Naval; la Real Academia de la Historia.

7.° Los nombres y adjetivos que entraren en el título de cualquier obra: Tratado de Esgrima; Ortografía Castellana; Historia de los Vándalos, etc. No se observa esta regla cuando el título es largo; v. gr.: Del rey abajo, ninguno, y labrador más honrado, García del Castañar.

8.° En las leyes, decretos y documentos oficiales suelen escribirse con mayúscula todas las palabras que expresan poder público, dignidad ou cargo importante, como Rey, Príncipe, República, Regente,Trono, Corona, Monarquia, Estado, Gobierno, Ministro, Senador, Diputado, Autoridad, Justicia, Magistrado, Juez, General, Jefe, Gobernador, Alcalde, Director, Consiliario, Secretario, etc.

9.° Cuando no encabecen párrafo o escrito, o no formen parte de un título, se recomienda escribir con minúscula inicial los nombres de los dias de la semana, de los meses, de las estaciones del año y de las notas musicales.

10.° Se recomienda que cuando se utilicen mayúsculas, se mantenga la tilde si la acentuación ortográfica lo exige, a fin de evitar errores de pronunciación o confusiones en la interpretación de vocablos. Este mantenimiento es especialmente necesario en las portadas de libros, nombres geográficos, listas de nombres propios, etc.

11.° Suele emplearse mayúscula a principio de cada verso, de donde las letras de esta forma tomaron el nombre de versales. En la poesía moderna es frecuente encabezar los versos con minúscula.

12.° La numeración romana se escribe hoy con letras mayúsculas, y se emplea para significar el número, con que se distinguen personas del mismo nombre, como Pío V, Fernando III, el número de cada siglo, como el actual, el XX de la era cristiana; también es frecuente para indicar el número de un tomo, libro, parte, canto, capítulo, título, ley, clase y otras divisiones, y el de las páginas en los prólogos y principios de un volumen.

13.° Cuando hubiere de escribirse con mayúscula la letra inicial de voz que empiece con Ch o Ll, solo se formarán de carácter mayúscula la C y la L, que son primera parte de estas letras compuestas o dobles. Escribiremos, pues, Chinchilla y Chimborazo, Llerena y Llorente y de ninguna manera CHinchilla, CHimborazo, LLerena, LLorente.

Carles Valls, Publicar un libro.com 

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Listado de revistas literarias

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 Otra web que podemos destacar es Apolo y Baco que cuenta con un listado de revistas literarias

«Esta web, no comercial, viene siendo desarrollada y diseñada colectivamente por Antonio, Vicente y Luis Miguel, tres amigos de Sevilla (España) que tienen en común su afición por el Jazz, la Enología y la Literatura castellana. 
Que Apolo y Baco, nuestros  protectores en el Olimpo, nos sigan siendo propicios ahora que iniciamos nuestro séptimo año de esta mágica aventura.»

 

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Web: Fuentetajaliteraria.net

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Los que quieran realizar talleres de escritura creativa por internet pueden informarse en Fuentetaja.

«En 1985 ideamos un método a distancia de trabajo en grupo para nuestro taller literario de narrativa que ha funcionado durante muchos años por correspondencia y que hoy se adapta a la perfección a las posibilidades que ofrece el desarrollo de InternetEn un taller literario uno se encuentra con gente para quien la literatura es algo real, importante  como espacio de encuentro virtual entre personas con intereses comunes. Con nuestro sistema de cursos literarios a distancia, en el que fuimos pioneros y del que hoy se pueden encontrar numerosas réplicas, hemos ayudado a aprender a escribir a más de diez mil participantes procedentes de todos los rincones de España y del resto del mundo. » 
Carles Valls, Publicar un libro.com
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Consejos para escribir bien

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Algunos consejos para escribir bien sacados de la web El sentido de la vida.

Cómo escribir bien
Debo confesarlo: no he leído ni a Faulkner ni a Joyce. Ni siquiera tengo intención de leerlos a medio plazo. No soy, pues, un experto en literatura. No diría siquiera que soy un tipo culto.
Mi padre pasó la post-adolescencia metido en libros de filosofía en medio de un torbellino existencialista, y mi madre ya se había leído la Odisea y la Ilíada a la tierna edad de ocho años. En una casa así, incluso con poco interés, uno se despierta al final medianamente cultivado. Luego sale al Internet y se da cuenta de que hay gente que sabe un huevo de literatura y que cita a los clásicos sin que les tiemble el pulso. Afortunadamente para todos, también hay gente que escribe.
Se dice siempre que la práctica hace al maestro y la escritura no va a ser una excepción. Sólo hace falta juntar líneas durante mucho tiempo, ser un poco observador para encontrar defectos y un poco paciente para subsanarlos, y terminaremos confeccionando textos de una calidad literaria aceptable por zopencos que seamos.
Hete aquí pues, para ayudar a todos aquellos que no saben de literatura pero quieren escribir, y sin ningún tipo de pretensión por mi parte, un compendio de normas y reglas de buen uso que en estas lides he ido aprendiendo con el tiempo, Está centrado en artículos de unas pocas páginas y preferiblemente de humor, que es básicamente a lo que me he venido dedicando hasta ahora. La mayor parte de estas reglas pueden, empero, aplicarse a cualquier tipo de escritura.
Ritmo, ritmo, ritmo
En cualquier composición, sobre todo si se pretende hacer reír a alguien, el ritmo es fundamental. No deben existir frases que no conduzcan a ningún lugar, que no tengan una razón para estar ahí. Las oraciones deben ser fáciles de leer y deben llevar al lector por la historia de una manera ágil y amena.
Aprendí de mi amigo Jamarier que el humor es como la magia que es como el sexo. El secreto consiste en crear una tensión que culmina en una explosión que de nuevo deja paso a un mínimo desde el que habrá que volver a empezar a construir tensión. Cuanto más alta suba la tensión, más ruido va a hacer al caer.
El ritmo es como la batería en una canción: pasa desapercibida cuando es bien tocada; pero cuando no lo es, la canción es insufrible. Así, normalmente no nos daremos cuenta de que un buen texto tiene ritmo, pero cuando no lo tenga se nos hará patente que falta un algo y no sabremos qué es. Es el ritmo; es lo que hace que entre fácil y que no queramos dejar de leer aunque sea un bodrio. Así me terminé yo Ángeles y Demonios. Hay que joderse.
Cuidar la estructura
Todo aquel que haya hecho redacciones en el colegio sabe que los textos constan de tres partes bien diferenciadas: introducción, nudo y desenlace. Si no has ido nunca al colegio, no te distraigas porque vas a necesitar lo que viene ahora.
La introducción se compone de unas cuantas frases que describen la escena y sitúan a los personajes, ubicando al lector en el lugar y explicándole en qué consistirá la acción. Si no tenemos personajes, conviene empezar explicando a grandes rasgos qué es lo que se va a contar.
La introducción puede constar de una única frase o de varios párrafos, pudiendo el autor experimentar en función del tema. Como en el cine, lo ideal es comenzar con un terremoto y luego seguir in crescendo. Esto no siempre es posible, pero es nuestra humilde obligación intentar captar el interés desde el principio: empezar con un terremoto puede hacer que el lector se decida por continuar leyendo en vez de hacer cualquier otra cosa, generalmente encender la tele. De nuestro buen criterio dependerá el grado de alfabetización del país.
El nudo es básicamente donde largamos el rollo. A nivel estructural no tiene grandes secretos. A otros niveles precisaría de un libro aparte y además lo tendría que escribir otra persona, así que no entraremos en detalles.
En el desenlace la historia llega a su fin. Dependiendo de lo que estemos contando, puede ser conveniente que el lector sepa que la cosa se termina y que hay que ir haciendo balance del texto y empezando a sacar conclusiones. El desenlace adopta formas tan variadas como la introducción, y conviene experimentar cuál es el final más indicado para cada tipo de escrito. Si hemos empezados con un terremoto convendrá acabar con otro. Ya he dicho que esto es como el sexo.
El uso de los paréntesis en el humor
Los paréntesis son recursos muy poderosos que hay que utilizar por tanto con gran mesura. En el momento en el que abrimos un paréntesis pasamos a hacer una confidencia al lector. Es como cuando en las películas el actor deja de seguir el guión para dirigirse al público durante un momento. Son unos segundos muy intensos en los que se está interrumpiendo la acción. Evidentemente, si detenemos el hilo durante demasiado tiempo, al retomar la acción el lector ya no sabrá de qué estábamos hablando. Lo mismo sucede si cortamos el argumento demasiadas veces para hacer múltiples confidencias: al final el espectador estará deseando que cerremos la boca y le dejemos saber cómo termina todo.
Todo aprendiz de cachondo abusa de los paréntesis. Yo lo hacía. Son un arma poderosa que permite la risa a un precio muy asequible, y a menudo es tentador echar mano de ellos incluso cuando la situación lo desaconseja. El resultado es que a la tercera interrupción en el mismo párrafo el lector termina agotado de seguir un argumento que se divide dos caminos en cada renglón: un camino para la historia y otro para las putas gracias del escritor.
Personalmente recomendaría un máximo de dos parejas de paréntesis por página, y siempre lo más breves posible. Si en tu carrera por elevar la tensión se interpone un paréntesis y no estás seguro de si realmente el párrafo lo requiere, en la mayor parte de las ocasiones lo más sabio es metértelo donde te quepa. No dejes que un paréntesis que te parece graciosísimo te estropee una frase que, junto con la siguiente, pueden hacer que el lector se mee de risa. Ritmo, ritmo, ritmo.
Como última consideración, ten en cuenta que esas confidencias que a ti te parece tan graciosas pueden resultar un auténtico coñazo para una mayoría de las personas que no son tú.
Cuida la ortografía
Procura cuidar la ortografía en tus textos. Las faltas son a tus artículos lo que las notas disonantes a la mejor composición musical. Por eso en los grupos de medio pelo siempre es el cantante el único que moja.
Dividiremos los errores ortográficos entre los que te pegan un puñetazo en la nariz y los que estropean el ritmo, aunque en realidad cualquier tipo de falta ortográfica termina destrozando el ritmo y la moral del lector avezado.
En la primera clase se encontrarían palabras como «esquisito», «umilde», «expectador» o «vevida». Cagadas de ese tipo te desacreditan directamente como escritor y rompen completamente el ritmo de la lectura, entre otras cosas porque el lector va a pensar que si hubiera un carné de escribir a ti te lo deberían haber quitado hace tiempo. Cosas como «ginete» o «imberosímil» deberían costar doce puntos de una tacada. Aunque creas que vas bien, lo mejor para todos es que no salgas a conducir un artículo en esas condiciones.
En la segunda clase, aquellas faltas que básicamente rompen el ritmo de lectura, se encuadran cosas como los diferentes usos del por-qué (junto y separado), el si-no y las maravillosas posibilidades de acentuación de cuando, como , quien, donde y por-que. Algunas de ellas harán que te retiren un par de puntos del carné y otras dejarán al lector cavilando sobre lo que realmente querías decir, abortando en cualquier caso su carrera hacia la risa.
Veamos un pequeño ejemplo:
«Como no te dije a qué hora tendría lugar el suceso, no quisiste esperar»
«Cómo no te dije a qué hora tendría lugar el suceso, es algo que no me explico»
La tilde del como debe estar correctamente ubicada. Si el lector no ha encontrado faltas durante la lectura, leerá exitosamente sin vacilar de principio a fin. Si, debido a nuestro poco esmero ortográfico, el lector ya viene resabiado desde hace unos párrafos, tendrá que leer hasta la coma para asegurarse de que lo que estamos escribiendo es lo que le queremos decir. Por otra parte, si no acertamos con el acento, al llegar a la coma tendrá que volver al principio de la frase para intentar interpretar el verdadero sentido. En cualquier caso la tensión se habrá ido al garete y el prometido orgasmo se habrá perdido. Gatillazo literario. Unos cuantos de esos y tendremos que volver a las pajas editoriales en la soledad de la ignominia.
Las tildes no son un capricho de los académicos para putear a los escritores noveles, sino que en muchas ocasiones definen unívocamente el sentido de la frase y nuestro éxito a la hora de comunicar ideas. Mucho ojo pues con los signos de acentuación.
Lee siempre tus escritos varias veces
La relectura de tus textos es fundamental porque te permite:
  • asegurarte de que el escrito mantiene el ritmo que pretendes.
  • ponerte en la piel de alguien que, prácticamente, lee el texto por primera vez.
  • encontrar faltas de ortografía de primer y segundo nivel así como gazapos, que siempre te dejan en mal lugar.
  • asegurarte de que tienes una visión global de lo que estás escribiendo y redondear el texto como conjunto.
Mi técnica para textos de unas pocas páginas es hacer una pausa cada pocos párrafos y retroceder un poco para releer lo último que he escrito. De esta manera obtengo una visión de las diferentes partes del escrito. Una vez terminado el texto, lo leo desde el principio varias veces. Esto me permite añadir algunas palabras a determinadas frases, recortar otras y asegurarme de que todo queda compacto y con sentido. Una vez creo que está terminado, entonces lo leo una última vez.
Estas relecturas completas se deben llevar al cabo al menos un par de veces, y lo mejor es que sea en días diferentes. A menudo algunas faltas pasan varias veces inadvertidas a nuestros cansados ojos, y sólo un largo periodo con la cabeza en otras cosas las hará evidente a la vuelta.
Y esto es todo. Aquí es donde vendría el terremoto. ¡Kaboum!
Incluso en la escritura hay que saber perder.

Carles Valls, Publicar un libro.com

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