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Gramática: Signos de puntuación

Este texto fue tomado del «Esbozo…» de la Real Academia Española, que es poseedora los derechos de autor

a) Hay necesidad de signos de puntuación en la escritura, porque sin ellos podría resultar dudoso y oscuro el significado de las cláusulas. Los que se usan en castellano son estos: coma (,), punto y coma (;), dos puntos (:), punto final (.), puntos suspensivos (…), principio de interrogación (¿), fin de interrogación (?), principio de admiración (¡), fin de admiración (!), paréntesis ( ), diéresis o crema ( ¨ ), comillas (« »; «), guión (-), raya (—), dos rayas (= ). La coma, los puntos y paréntesis indican las pausas más o menos cortas que en la lectura sirven para dar a conocer el sentido de las frases; la interrogación y la admiración denotan lo que expresan sus nombres, y la segunda, además, queja, énfasis o encarecimiento; la diéresis sirve en unos casos para indicar que la u tiene sonido (§ 1.8.1A, 2.°) y en otros se puede emplear para deshacer un diptongo; las comillas señalan las citas, o dan significado especial a las palabras que compreenden; el guión es signo de palabra incompleta; la raya lo es de diálogo, o de separación de palabras, cláusulas o párrafos; las dos rayas solo se usan ya en las copias para denotar los párrafos que en el original van aparte.b) De la coma. 1.° El nombre en vocativo llevará una coma detrás de sí cuando estuviere al principio de lo que se diga, y en otros casos la llevará antes y después; p. ej.: ¡Cielos, valedme!; Julián, óyeme; Repito, Julián, que oigas lo que te digo.2.° Siempre que en lo escrito se empleen dos o más partes de la oración consecutivas y de una misma clase, se separarán con una coma para que al leerlas haya de hacerse una leve pausa que separe su sentido, a excepción de los casos en que mediare alguna de las conjunciones y, ni, o; como Juan, Pedro y Antonio; sabio, prudente y cortés; vine, vi y vencí; NI el joven NI el viejo; bueno, malo o mediano.

3.° Dividense con ella los varios miembros de una cláusula independientes entre sí, vayan o no precedidos de conjunción: Todos mataban, todos se compadecían, ninguno sabía detenerse; Al apuntar el alba cantan las aves, y el campo se alegra, y el ambiente cobra movimiento y frescura.

4.° Cuando una oración se interrumpe, ya para citar o indicar el sujeto o la obra de donde se ha tomado, ya porque se inserta como de paso otra que aclara o amplía lo que se está diciendo, tales palabras, que suspenden momentáneamente el relato principal, se encierran entre dos comas; v. gr.: La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones y autoridades; Los vientos del sur, que en aquellas abrasadas regiones son muy frecuentes, ponen en grave conflicto a los viajeros.

5.° Por igual motivo suelen ir precedidas y seguidas de coma las expresiones esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente, sin embargo, no obstante y otras parecidas: La enfermdad parece grave, es decir, más grave de lo que esperábamos: Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron por entonces.

6.° Cuando se invieste el orden regular de las oraciones de la cláusula, adelantando lo que había de ir después, debe poner-se una coma al fin de la parte que se anticipa; v. gr.: Donde interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque simple y pecador, que no hay encantamento alguno. Como el orden regular de este ejemplo de Cervantes, Quijote, I, 37, seria: No hay encantamento alguno donde interviene conocerse las personas, importa para la claridad que se haga una breve pausa en personas, la cual se indica con la coma. Pero es de advertir que en las transposiciones cortas y muy perceptibles no se ha de poner esta señal.

c) Del punto y coma. 1.° Cuando los miembros de un período constan de más de una oración, por lo cual o por otra causa llevan ya alguna coma, se separarán con punto y coma unos 6 otros; por ejemplo: Vinieron los aquilones de noviembre, glaciales y recios; arrebataron sus hojas a los árboles, llevándolas, ya rodando por la tierra, ya volando entre nubes de grueso polvo. se guareció el rabadán en su cabaña, y el labrador en su alquería; la nieve, descendiendo espesa sobre el monte y el valle, borró los matices del suelo, toda la variedad riquísima de la Naturaleza.

2.° En todo período de alguna extensión se pondrá punto y coma antes de las conjunciones adversativas mas, pero, aunque, etc.; verbigracia: Salieron los soldados a media noche y anduvieron nueve horas sin descansar; pero el fatal estado de los caminos malogró la empresa. Cuando la cláusula sea corta, bastará una simple coma antes de la conjunción; como en Vendrá, pero tarde; Lo hizo, aunque de mala gana.

3.° Siempre que a una oración sigue, precedida de conjunción, otra oración que, en orden a la idea que expresa, no tiene perfecto enlace con la anterior, hay que poner al fin de la primera punto y coma, según lo aclarará el ejemplo siguiente: Pero nada bastó para desalojar al enemigo, hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artilleria; y se observó que uno solo, de tantos como fueron deshechos en este adoratorio, se rindió a la merced de los españoles (Solís, Historia de Nueva España, III, 7). Si después de la palabra artilleria solo se pusiese coma, la oración y se observó, etc., vendría regida de la preposición hasta y cambiaría el sentido.

d) De los dos puntos. 1.° Cuando se sienta una proposición general y en seguida se comprueba y explica con otras oraciones, se la separa de estas por medio de los dos puntos; como, por ejemplo: No aflige a los mortales vicio más pernicioso que el juego: por él gentes muy acomodadas han venido a parar en la mayor miseria, y aun en el patíbulo; por él, además del caudal, pierde el hombre la vengüenza y hasta la estimación de sí propio.

2.° Cuando a una o varias oraciones sigue otra que es consecuencia o resumen de lo que antecede, esta se ha de separar con dos puntos, como en el ejemplo que sigue: Aquel que por sus riquezas y esplendor fue tan aplaudido como envidiado cuando entraba triunfante por las puertas de Constantinopla, y cuyo nombre era respetado y temido desde la capital del Imperio hasta el confín de los arenales de la Líbia, murió ciego, pobre, olvidado y mendigando su alimento de puerta en puerta:¡raro y espantoso ejemplo de las vicisitudes de la fortuna!

3.° En los decretos y sentencias, bandos y edictos se ponen dos puntos al final de cada motivo o fundamento de la resolución, aunque estos van en párrafos distintos y principian con letra mayúscula. En certificaciones y memoriales también se ponen dos puntos antes de ciertos párrafos con letra inicial mayúscula.

4.° Citando palabras textuales, se han de poner dos puntos antes del primer vocablo de la cita, el cual suele principiar con mayúscula; v. gr.: Cicerón en sus Oficios dice a este propósito lo siguiente: No hay cosa que tanto degrade al hombre como la envidia.

5.° También se emplean los dos puntos después del Muy señor mío y otras expresiones semejantes con que se suele dar principio a las cartas; v. gr.: Muy señor mío: Sirvase usted tomar a su cargo, etc.; Amigo mío: En contestación a la estimada de usted, etc.

e) Después de los dos puntos se escribe indistintamente con letra mayúscula o minúscula el vocablo que sigue.

f) Del punto. 1.° Se pone punto cuando el período forma sentido completo, en términos de poderse pasar a otro nuevo sin quedar pendiente la comprensión de aquel. Es la mayor pausa sintáctiva que la ortografia señala. En la lectura, la duración de la pausa indicada por el punto puede variar más o menos, según el sentido y la interpreteación del lector; pero en todo caso, es mayor que la que señalan la coma y el punto y coma.

En la escritura, se le llama punto y seguido (o punto seguido), cuando el texto continúa inmediatamente después del punto en el mismo renglón, o en el siguiente sin blanco inicial; y punto y aparte (o punto aparte), cuando termina párrafo, y el texto continúa en otro renglón más entrado o más saliente que los demás de la plana. Por último, punto final es el que acaba un escrito o una división importante del texto (parte, capítulo, etc.).

2.° Resta advertir que en toda clase de escritos suelen hacerse después del punto final ciertas separaciones o divisiones llamadas párrafos, cadauna de las cuales ha de empezar en renglón distinto de aquel en que acabe el anterior, y más adentro que las otras líneas de la plana. Deben principalmente usarse tales divisiones cuando se va a pasar a diverso asunto, o bien a considerar el mismo desde otro aspecto.

g) De los puntos suspensivos. 1.° Cuando conviene al escritor dejar la oración incompleta y el sentido suspenso, lo denota con los puntos suspensivos; v. gr.: Él concitó la plebe contra los patricios; él acaudilló y juramentó a los mozos más corrompidos y perversos de la República para subvertila con su auxilio; él subornó con oro y con promesas… Pero ¿a qué repetir lo que a todos es notorio?

2.° Si en una cláusula de completo sentido gramatical se necesita pararse un poco, expresando temor o duda, o para sorprender al lector con lo inesperado de la salida, se indicará la pausa con puntos suspensivos; v. gr.: ¿Le diré que ha muerto su padre?… No tengo valor para tanto; Se citó a junta, distribuyéronse centenares de esquelas, y llegamos a reunirnos… cuatro personas.

3.° También se usan dichos puntos cuando se copia algún texto o autoridad los cuales no hace al caso insertar integros, indicando así lo que se omite.

h) De la interrogación y la admiración. 1.° Los signos de interrogación y de admiración se ponen al principio y al fin de la oración que deba llevarlos: ¿Dónde estás?; ¿A qué vienes?; ¿Te veré mañana?; ¡Qué assombro!; ¡Ay de mí!

2.° Si las oraciones con interrogación o admiración son varias, breves y seguidas, no hay necesidad de que, exceptuada la primera, empiecen con mayúscula: ¿Dónde has estado?, ¿qué has hecho en tantos dias?, ¿como no te pusiste en caminho, así que recibiste mi carta?; ¡Cuánto engaño!, ¡cuánta perfidia!, ¡qué impudencia!

3.° Cuando lo escrito después de la interrogación o la admiración fuere complemento de la pregunta o de la frase admirativa, no comenzará con letra mayúscula: ¿Digo yo que no tengas razón?, contestó Blas a Diego; ¡A las armas!, gritaron todos.

4.° El signo de principio de interrogaciõn o admiración se ha de colocar donde empieza la pregunta o el sentido admirativo, aunque allí no comience el período; v. gr.: Privado del racional discurso, ¿que es el hombre sino una criatuva desvalida, inferior a los brutos? Y si la caprichosa fortuna lo encumbra en alto puesto, ¡cuántas lágrimas y ruina y sangre le cercarán en torno!

5.° El signo de principio de interrogación o admiración refleja el movimiento de la entonación en las frases de este tipo, da claridad a la escritura, y no debe suprimirse por imitar, con mal acuerdo, la ortografia de lenguas extranjeras, que solo usa el signo final.

6.° Hay cláusulas que son al par interrogativas y admirativas, y en ellas podrá ponerse nota de admiración al principio y de interrogación al fin, o viceversa: ¡Que esté negado al hombre saber cuándo será la hora de su muerte? ¿Qué persecución es esta, Dios mio!

i) Del paréntesis. 1.° Cuando se interrumpe el sentido y giro del discurso con una oración aclaratoria o incidental y esta es larga o tiene conexión escasa con lo anterior, se encierra dentro de un paréntesis, como en el siguiente ejemplo: Acostados todos en un género de lechos que rodeaban la mesa (pues los romanos comían tendidos y soslayado el cuerpo sobre el codo izquierdo), empezó a echarles en cara la tibieza de su fe, etc.

2.° En este ejemplo se ha puesto como después del paréntesis porque allí finaliza el miembro del periodo con que va unida la oración comprendida en el paréntesis; y al fin de él o dentro se ha de usar, además, la pontuación que la cláusula necesitare. Cuando el paréntesis termine la cláusula de que depende, el punto final irá fuera.

3.° En las obras dramáticas suele encerrarse entre paréntesis lo que los interlocutores dicen aparte. Para que tales paréntesis no se confundan con otros convendría valerse de los rectangulares, en esta forma [ ], que algunos impresores usaban en el siglo pasado. El punto final de los apartes va colocado dentro del paréntesis.

4.° Empléase también el paréntesis curvo para encerrar en él noticias o datos aclaratorios, explicaciones de abreviaturas, etc.; y el rectangular, para indicar en la copia de códices o inscripciones lo que falta en el original y se suple conjeturalmente. Ejemplos: El hijo del rayo de guerra, Carlos V (D. Juan De Austria); Perdió Boabdil a Granada en la hégira 897 (1492); Imp(eratori) Caes(ari) [Nervae] Traiano [Aug(usto)] p(ontifici) m(aximo). etc.

1.8.6 De la diéresis o crema. — El uso de la diéresis solo es preceptivo para indicar que ha de pronunciarse la u en las combinaciones gue, gui: pingüe, pingüino, argüir /ar.gu.ír/. Véase el § 1.8.1A, 2.°. Queda a salvo el uso discrecional cuando, por licencia poética o con otro propósito, interese una pronunciación determinada 50.

1.8.7 De las comillas. — a) Para distinguir las palabras sobre las cuales quiere el que escribe llamar particularmente la atención del lector, se sublayan en lo manuscrito; y en lo impreso se ponen de letra cursiva, y a veces con versales u otras que resalten por su figura o su tamaño. Se practica lo mismo con las voces o citas en idioma extranjero, con el texto literal de citas en castellano, con los títulos de libros y con las dicciones y cláusulas que en las obras de enseñanza y otras se ponen por ejemplo. Mas cuando las cláusulas de este género tienen alguna extensión o llenan varias líneas, se les suelen poner comillas inversas al principio de cada uno de los renglones que ocupan; v. gr.: Dice un escritor célebre: «El hombre tiene aptitud, por su naturaleza, para habitar en todos los países del mundo: en los arenales del desierto, en los montes más encumbrados, en los climas polares puede vivir y propagarse. No así los animales, que, sujetos a más estrechos límites, perecen fuera de ellos o arrastran vida penosa.»

b) Las comillas simples (‘ ’ o , ’) se usan al principio y ao final de una palabra o frase incluidas como cita o puestas de relieve dentro de un texto entrecomillado más extenso. También se emplean para indicar que una palabra está usada en su valor conceptual o como definición de otra, ejemplo: espiar ‘acechar’.

1.8.8. Del guión. — a) Cada vocablo de por sí, ya simple, como guardia, poner, ya compuesto, como salvaguardia, reponer, se ha de escribir aislado, o con entera separación del que le preceda o siga. Sin embargo, en la escritura hay necesidad muchas veces de dividir una palabra, y entonces se ha de observar lo siguiente:

b) Cuando al fin del renglón no cupiere un vocablo entero, se escribirá solo una parte, la cual siempre ha de formar sílaba cabal. Así, las palabras con-ca-vi-dad, pro-tes-ta, sub-si-guien-te, podrán dividirse a fin de renglón por donde señalan los guiones que van interpuesto en dichas voces, mas no de otra suerte.

c) Esto no obstante, cuando un compuesto sea claramente analizable como formado de palabras que por sí solas tienen uso en la lengua, o de una de estas palabras y un prefijo, será potestativo dividir el compuesto separando sus componentes, aunque no coincida la división con el silabeo del compuesto. Así, podrá dividirse no-sotros o nos-otros, de-samparo o des-amparo.

d) Como cualquiera diptongo o triptongo no forma sino una sílaba, no deben dividirse las letras que lo componen. Así, se escribirá gra-cio-so, tiem-po, no-ti-ciáis, a-ve-ri-güéis.

e) Cuando la primera o la última sílaba de una palabra fuere una vocal, se evitará poner esta letra sola en fin o en principio de línea.

f) Cuando al dividir una palabra por sus sílabas haya de quedar en principio de línea con h precedida de consonante, se dejará esta al fin del reglón y se comenzará el siguiente con la h: al-haraca, in-humación, clor-hidrato, des-hidratar.

g) En las dicciones compuestas de preposición castellana o latina, cuando después de ella viene una s y otra consonante además, como en constante, inspirar, obstar, perspicacia, se han de dividir las sílabas agregando la s a la preoposición y escribiendo, por consiguiente, cons-tan-te, ins-pi-rar, obs-tar, pers-pi-ca-cia.

h) La ch y la ll, letras simples en su pronunciación y dobles en su figura, no se desunirán jamás. Así, co-che y ca-lle se dividirán como aquí se ve. La erre (rr) se halla en el mismo caso, y por ello debe evitarse separar los dos signos de que consta, que habrán de ponerse de esta manera: ca-rre-ta, pe-rro.

i) Cuando los gentilicios de dos pueblos o territorios formen un compuesto aplicable a una tercera entidad geográfica o política en la que se han fundido los caracteres de ambos pueblos o territorios, dicho compuesto se escribirá sin separación de sus elementos: hispanoamericano, checoslovaco, afroantillano. En los demás casos, es decir, cuando no hay fusión, sino oposición o contraste entre los elementos componentes, se unirán estos con guión: franco-prusiano, germano-soviético.

1.8.9 De la ortografia de las palabras extranjeras. — Los nombres propios extranjeros se escribirán, en general, sin ponerles ningún acento que no tengan en el idioma a que pertenecen; pero podrán acentuarse a la española cuando lo permitan su pronunciación y grafía originales: Schlegel o Schlégel, Wagner o Wágner, Schubert o Schúbert; Lyon o Lyón, Windsor o Wíndsor. Si se trata de nombres geográficos ya incorporados a nuestra lengua o adaptados a su fonética, tales nombres no se han de considerar extranjeros y habrán de acentuarse gráficamente de conformidad con las leys generales: París, Berlín, Turín, Nápoles, Támesis. 1.8.10 De la raya. — 1.° Este signo se emplea en los diálogos, como puede verse en el ejemplo siguiente: Maravillado el capitán del valor de aquel soldado, le mandó venir a su presencia y le dijo: —¿Cómo te llamas? — Andrés Pereda, contestó el valiente. — ¿De dónde eres? — De Castilla. — ¿De qué pueblo? — De Bercimuel.

2.° Empléase también al principio y al fin de oraciones intgercalares completamente desligadas, por el sentido, del período en que se introducen: Los celtíberos —no siempre hubían de ser juguetes de Roma— ocasionaron la muerte de los dos Escipiones.

3.° Sirve asimismo para indicar la palabra que se ha de entender suplida dentro de un mismo renglón; ejemplo: Sanar de la enfermedad. —por ensalmo. Secar al aire. —con un paño. Seguir con la empresa. —de cerca. —en el intento. —para Cádiz, etc.

O en renglones diferentes, como en el índice alfabético de un libro:

Verbos: intransitivos.

— transitivos.

— irregulares.

— regulares.

1.8.11. De las dos rayas. — Este signo se usaba para dividir algunas palabras compuestas; actualmente se emplea solo en las copias, para denotar que en el original se pasa a párrafo distinto.

1.8.12. De otros signos auxiliares. — a) Apóstrofo (‘ ). Solía emplearse antiguamente, sobre todo en poesía, colocado a la mayor altura de los palos de las letras, con el fin de indicar la omisión o elisión de una vocal: d’aquel, por de aquel; l’aspereza, por la aspereza; qu’es, por que es. Recientemente, y para evitar dudas al lector, se ha restablecido en algunas reimpresiones de obras antiguas, donde palabras de esta clase aparecen como si fuera una sola; v. gr.: daquel, laspereza, ques.

b) Párrafo (§). Sirvió en lo antiguo para distinguir los diversos miembros de un escrito, y como signatura de pliegos impresos. Ahora se emplea en los libros, seguido del número que corresponda, para indicar divisiones internas de los capítulos: § 12, § 13, etc.

c) Calderón ( ¶ ). Tuvo antiguamente los mismos oficios que el signo anterior. Ahora se emplea en lo impreso para señalar alguna observación especial.

d) Asterisco ( * ). Es una estrellita que se pone sencilla, doble o triple en ciertas palabras del texto, como llamada a nota que en el margen o al pie de la plana va encabezada con el mismo signo. Para igual fin se emplean letras, números, cruces, etc., en vez de asteriscos. En obras de lingüística se coloca delante de las formas cuya existencia se supone sin estar documentada.

e) Llave o corchete ( {} ). Su oficio es abrazar diversas partidas en una cuenta, varios miembros en un cuadro sinóptico, etc., que deben considerarse agrupados y unidos para determinado fin. f) Manecilla – Puesta al margen o en el texto de un escrito, da a entender que lo señalado por ella es particularmente útil o interesante.

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Web: Letra clara

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Os sugerimos una web llamada Letra clara que puede ser útil y de ayuda a los autores noveles. 

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Carles Valls, Publicar un libro.com 

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Web: Escritores por encargo

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¿Tienes algo que contar? ¿Te gustaría escribir tu novela pero no tienes capacidad ni ánimo para escribirla? Os propongo una web interesante para los quieran tener  un escritor «negro» o en la sombra que les escriba su novela, relato.  La  página web se llama  Escritores por encargo.

«Si está buscando un escritor por encargo para su novela, su biografía o sus memorias, su libro de empresa, o el relato de sus experiencias, o para un guión de cine, ha llegado al sitio correcto. Nuestro equipo de escritores profesionales ha logrado varios éxitos y sus trabajos se pueden ver en librerías, bibliotecas y grandes superficies.
Somos escritores sin firma para autores con buenas ideas y sin tiempo o sin recursos narrativos.
Usted siempre será el autor o autora. Nosotros podemos escribir la historia de su empresa y sus logros, escribir su NOVELA, escribir su libro de marketing o publicidad, escribir su biografía o autobiografía y sus memorias. Negro sobre blanco, en un libro firmado por usted, el autor o autora. Y un autor de un libro es una persona con autoridad.»

Carles Valls, Publicar un libro.com

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¿Cuáles son los derechos de explotación del autor?

Al autor le corresponden también en exclusiva los derechos de explotación de su obra en cualquier forma. Las principales modalidades de explotación prevista en la ley son:

  • Reproducción: fijación de la obra como medio que permita su comunicación y la obtención de copias.

  • Distribución: puesta a disposición del público del original y de las copias.

  • Comunicación pública: Todo el acto por el cual  una pluralidad de personas puede tener acceso a la obra sin previa distribución de ejemplares.

  • Transformación: traducción, adaptación i cualquier otra modificación en la forma de la cual se derive una obra diferente.

  • Obras completas: la cesión de los derechos de explotación sobre sus obras no impedirá al autor publicarlas reunidas en una colección escogida o completa.

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Experiencias en un taller de escritura (8): aprendizaje

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El Taller de escritura ya le quedan pocas clases. A partir de ahora ya sabré distinguir entre la estructura superficial y la estructura profunda de la novela, entre la escena y el resumen, saber lo que son los resortes drámaticos y el eje de la novela.  Pero una de las cosas para las que me ha servido este taller de escritura es también para regresar al mundo de la lectura, de los libros, que había perdido terreno frente al entretenimiento audiovisual. Espero algún día escribir mi primera novela.

Carles Valls, Publicar un libro.com 

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¿Qué es la propiedad intelectual?

La propiedad intelectual es un tipo de propiedad que pertenece al autor por el sólo hecho de la creación de una obra literaria, artística o científica, y que le confiere derechos de carácter personal y patrimonial, consistentes en la total disposición y el derecho exclusivo a la explotacíón de la obra, sin más limitaciones que las establecidas en la ley. Esto implica que la obra no puede ser utilizada o usada sin la previa autorización, onerosa o gratuitat, del autor.

La propiedad intelectual tiene su manifestación en dos tipos de derechos: los morales y los de explotación.

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Web: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

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Una de las webs más potentes sobre la lengua castellana es la biblioteca virtual Miguel de Cervantes . La biblioteca supera el millón de consultas servidas cada mes a usuarios de Estados Unidos. La biblioteca virtual, creada en 1999, alberga más de 30.000 obras digitalizadas, entre ellas un gran número de ediciones especiales y  facsímil de los grandes clásicos de la literatura española.  El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Cervantes, La Celestina de Pedro Rojas, La vida es un sueño de Pedro Calderón de la Barca, o los anónimos La vida de Lazarillo de Tormes  o El cantar de mío Cid son alguna de las obras consultadas.

Carles Valls, Publicar un libro.com 

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¿Cúales son los derechos morales del autor?

Los derechos morales del autor están recogidos en el artículo 14 de la Ley de Propiedad Intelectual que establece que corresponden al autor los siguientes derechos irrenunciables e inalienables:

1. Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma.

2. Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo seudónimo o signo, o anónimamente.

3. Exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra.

4. Exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación.

5. Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y las exigencias de protección de bienes de interés cultural.

6. Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones intelectuales o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los titulares de derechos de explotación.

Si, posteriormente, el autor decide reemprender la explotación de su obra deberá ofrecer preferentemente los correspondientes derechos al anterior titular de los mismos y en condiciones razonablemente similares a las originarias.

7. Acceder al ejemplar único o raro de la obra, cuando se halle en poder de otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o cualquier otro que le corresponda.

Este derecho no permitirá exigir el desplazamiento de la obra y el acceso a la misma se llevará a efecto en el lugar y forma que ocasionen menos incomodidades al poseedor, al que se indemnizará, en su caso, por los daños y perjuicios que se le irroguen.

Carles Valls, Publicar un libro.com

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Consulta de diccionarios

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Para poder escribir un libro es fundamental dominar el lenguaje, tener un vocabulario amplio, rico y preciso. Una de las formas de adquirirlo es leyendo mucho, pero a veces ocurre que por pereza o para no perder el hilo argumental , cuando tropezamos con algún vocablo que desconocemos su significado, lo obviamos y continuamos con la lectura. Pienso que no es un buena forma para enriquecer nuestro vocabulario.  Yo lo que hago es apuntar esa palabra en una libreta y consultarla luego en el diccionario. Al final de la lectura de la novela he aprendido treinta o cuarenta palabras más que pasan a engrosar mi vocabulario.

Desde Publicar un libro.com os damos un listado de webs donde podéis consultar diccionarios on line que espero que os sean útiles. 

Carles Valls, Publicar un libro.com 

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¿Hay que tener talento para escribir? (por Ariel Rivadeneira)

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¿El oficio de escritor requiere una cierta disposición innata?
Requiere una ansia tumultuosa de decir algo que obliga al verdadero escritor a abandonar todo —al menos mentalmente— y escribir. Disposición innata, talento… Mejor: libertad interior,curiosidad, duda inteligente, flexibilidad. Escribires trabajo y dominio de las estrategias, aunque estas estrategias se renuevan con cada texto. El oficio es producto de la práctica constante, de la experiencia. Y la experiencia es una suma de intuiciones y comprobaciones beneficiosas en continuo movimiento. El escritor se hace escribiendo: no hay talento sin constancia. Un consejo de Doris Lessing: «Aprende a tener fe en tu propio juicio, a adquirir independencia interior, a confiar en que el tiempo dirá lo que es bueno y lo que es malo, incluso lo que hay de malo en ti. No prestes atención a las modas literarias del momento, porque las verás cambiar, a veces de la noche a la mañana. Recuerda que el crítico que te rechazó con desprecio, si el libro llega a ser un éxito, te saludará cinco años después con un: “¡Cuánto he disfrutado con este libro!”» ¿El talento? Es posible que sea la consecuencia de la lucha por averiguar «quién soy», «quién es mi escritura », «desde dónde escribo».

No basta con la astucia para combinar palabras e inventar un artefacto que llame la atención. Es válido en los primeros tiempos como modo de probar mecanismos. Después no te detengas hasta descubrir qué mecanismos son los que van ligados a ti mismo o a ti misma. Por último, llega la mirada del revisor, persecutoria para unos, divertida para otros, escribir es reescribir. Y también hay que ser talentoso para ello.

(Publicado por el escritor Ariel Rivadeneria en su libro 60 respuestas a las 60 preguntas del autor novel).

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¿Cómo publicar un libro?

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Desde Publicar un libro.com he recibido algunos e-mails donde los lectores me preguntaban, simple y llanamente, cómo publicar un libro. La respuesta no es sencilla.

Por una parte, tenemos el mundo de las editoriales donde, en principio, ha de tener acogida nuestra obra. Ellos son los que han de apostar por nuestro talento y animarse a publicarla, a cambio de nuestro derechos como autor.  Es importante elegir bien el tipo de editorial que le pueda interesar publicar nuestro libro (mejor acudir a las pequeñas editoriales que a las grandes), pero no és fácil para los autores noveles publicar su primer libro.

Por otra parte, si ninguna editorial parece interesada en nuestro libro, lo mejor es autoeditar la obra.  Autoeditar consiste en acudir con la obra ya maquetada o premaquetada a una imprenta o empresa de autoedición (por ejemplo, Printcolor, Bubok, Lulu, etc) para que ellos la editen. La ventaja de la autoedición es que nadie discute tu talento (no son agentes literarios), la obra queda muy bien editada y  no  estás obligado a hacer tirajes largos. Los inconvenientes son que hay que rascarse el bolsillo y pagar unos 5 euros por libro (que puedes recuperar con la venta del mismo) y otro problema es que luego tienes que hacer tu mismo la labor de distribución en las librerías.

Desde Publicar un libro.com apostamos por la autoedición porque pensamos que todo el mundo tiene derecho a publicar su libro, que se puede recuperar lo invertido vendiendo unos pocos libros y, quién sabe, tal vez una editorial compre luego los derechos de autor y  publique finalmente nuestra obra. Siempre es mejor acudir a la autoedición que dejar el manuscrito enterrado en un cajón o en un documento Word. Leer un libro bien editado no es la misma sensación para el lector que leer unas páginas imprimidas y sin maquetar.

En Publicar un libro.com nos comprometemos a hacer una entrevista y una modesta promoción en el Blog a los autores que decidan autoeditar sus libros.

¡Ánimo y a autoeditar!

Carles Valls, Publicar un libro.com