¿Cómo escribir un Romeo y Julieta? En la literatura romántica el eje de la historia es la relación amorosa entre él y ella. Los personajes han de ser de carne y hueso, tener su propia voz y ser reales para que pueda haber empatía con el lector, para que éste se interese por la historia de amor que, al fin y al cabo, es una cuestión personal de los dos. No hay que resolver un enigma, salvar al mundo, simplemente, todo gira entorno a los sentimientos de esa relación que, a veces, puede tener un desenlace trágico.
En la novela romántica todo se desarrolla en un nivel interno, psicológico y emotivo. Lo que importa son los sentimientos de los personajes y no tanto sus acciones. Para ello es importante utilizar resortes dramáticos que nos ayuden a construir la historia, a caracterizar a sus protagonistas. En algunos casos aparece la figura del antagonista (por ejemplo, el antiguo amante) que ayuda a construir el entramado de la historia. En la novela deben haber escenas de amor, crearse una atmósfera especial, íntima, y cuidar el lenguaje de los protagonistas para que la relación sea verosímil y nos identifiquemos con la pareja.
El personaje de una novela romántica ha de tener una historia, un pasado para que tenga verosimilitud. Es importante caracterizarlo bien para que pueda surgir empatía. El tono y el registro del lenguaje nos ayudarán a identificarlos. El objetivo será siempre personal, la relación amorosa, todo el resto girará alrededor de ese eje.
Pero, ¿qué diferencia la novela romántica de la erótica? En una novela romántica pueden haber escenas de sexo pero no es lo principal, si se abusa de ellas nos desplazamos al género erótico.
Carles Valls, Publicar un libro.com